Una acción incondicional, resultado de extrema confianza del uno al otro, búsqueda de la felicidad a pesar de los sacrificios por el bienestar del otro, entregarte a tu ser amado completamente y para siempre. Ésto y muchos actos más proceden de amar a alguien.
En esta ocasión tú fuiste quien me preguntó: ¿Por qué te amo tanto? Y mientras medito en tus palabras todavía no puedo comprender cómo fuiste capaz de entregarme tu corazón. Durante el verano pasado me fui dando cuenta que poco a poco te estabas acercando a mí. En esos momentos lo único que podíamos tener era una amistad. Había algo en ti que me daba la impresión de que probablemente no se quedaría en una simple amistad. Sentía temor al pensar que me podía enamorar de ti, y no porque no me gustaras sino porque llegar a tener algo más que una amistad contigo era impensable, algo más allá de mi alcance. Pero por sucesos del destino cada vez te apoderabas más de mi corazón.
Exactamente dos meses atrás fue cuando me di cuenta de que en ti podía hallar todo lo que buscaba para ser feliz. No quería dejar pasar esa oportunidad, la oportunidad de ser felices los dos.
Fue cuestión de permitirle a la razón que guiara al corazón hacia la búsqueda del amor. Y finalmente, todo apuntó a ti.
Así que no dejaría que te fueras de mi vida. Comenzaría a mostrarme ante ti como el futuro hombre con el que pudieras pasar el resto de tus días. Trataría de demostrarte que puedo ser capaz de recibir tu amor y corresponderte.
Estoy perdidamente enamorado de ti. Llegaste a mi vida en el momento más oportuno y desde aquel momento me dispuse a quererte como nadie más lo ha hecho ni lo hará.
Todo cuanto hago por ti es lo mínimo para agradecerte cuánto te amo. Y si tú dejas que te siga amando continuaré mostrándote todo lo que soy capaz de hacer por conservar el lugar que me has dado dentro de tu ser.
Un momento juntos, un abrazo y un beso fueron lo suficiente para seguir recordando la intensidad de tu amor hacia mí.
Y no es que me vea obligado a corresponderte, sin embargo me fascina amarte y declararte con mis acciones que tú, sólamente tú eres la dueña de mi corazón. Contigo quiero amar y llegar tan lejos como Dios nos lo permita.
No te puedo dar una responderte cuánto me amas por el hecho de que cada vez trataré de amarte aún más y tú también lo harás. Lo que sí te puedo asegurar es que con la ayuda de Dios nuestro amor seguirá creciendo y aprovecharé cada instante para seguir demostrándote cuánto te amo. Mi bella princesa, yo sé cuánto me amas y estoy profundamente agradecido.
Nos faltará tiempo para descubrir la magnitud de nuestro amor pero cada día tenemos una oportunidad para continuar amándonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario