Te lo debo a ti, Tapioca
La tapioca es, a mi parecer, uno de los almidones más deliciosos que existen.
Una maravilla en la cocina que puede deleitar a todos los paladares dejando una gran sensación de dulzura.
Basta con mirar un poco sus orígenes para darse cuenta que es extraído de una raíz, de la yuca.
Podemos diferenciarla rápidamente por su diseño y textura. Es agradable a los ojos y cuando se prueba un pedacito de tapioca en un atole o un postre... vaya que sí se disfruta comerla.
Y ayer precisamente, por la mañana me serví un vaso de tapioca para desayunar.
Lo primero que vino a mi mente fue una mujer: la mujer por quien estoy perdidamente enamorado.
Fue durante la semana de prácticas cuando llegó a mis manos un vasito con tapioca. Me lo dio una maestra de preescolar, ya que para ella fue el pretexto perfecto para acercarse un poquito a mí. En esa ocasión mis sentimientos a mi maestra aún no eran como los que son ahora, pero sí fue un lindo detalle que cautivó mi corazón.
Admitiré que fue de las mejores tapiocas que he probado y me gustó mucho que le rogué a una amiga que me diera su tapioca.
Tiempo después me enteré que quien hizo aquella tapioca fue mi gran amor, mi bella ilusión... mi amada Alba.
Ahora le doy las gracias por haberse acercado a mi. Por permitirme ser parte de su vida y por amarme tal y como yo la amo.
De ahora en adelante, cuando se me presente un vaso de tapioca no podré evitar pensar en ella.
Las blancas perlas que son extraídas de una raíz que no saldrá al menos que alguien excave y la arrebate es muy parecido al amor que sentimos los dos.
Para lograr algo debe haber sacrificios y ambas partes deberán colocar todos sus esfuerzos uno al otro para lograr desenterrar los sentimientos más profundos del ser que guarda el corazón, que son como las blancas perlas que al cocinarlas desbordan su sabor y deleitan al gusto. Es así que quien prueba un vaso de tapioca y le gustó, no tardará en repetir una vez más.
Para mí la tapioca es mu especial porque más que ser un delicioso postre, es parte del comienzo de una relación de noviazgo entre mi princesa y yo.
Y solamente me queda agradecer a Dios por colocar un vaso de tapioca en el mejor momento para mi vida.
Samuel Cortés